En busca del misterio Virgen de Guadalupe
La Virgen de Guadalupe: En 1531 el indio Juan Diego tuvo un extraño encuentro en el cerro del Tepeyac: entre cánticos y sonidos "celestiales", se le apareció una hermosa "señora" vestida con una túnica que brillaba como el sol. Volvió a presentársele en días sucesivos y le dijo que era la Virgen y quería que en ese lugar se levantara una iglesia en su nombre. El obispo de la ciudad de México no quiso dar crédito a tal aparición y entonces se produjo el milagro: tal como le había ordenado la "señora", Juan Diego desplegó su tilma, la modesta capa de hilo de maguey con la que de ordinario se abrigaba, y de su interior cayeron rosas que dejaron al descubierto la imagen de ella misma "pintada" sobre la tela.La tilma está ahí, venerada por todos los mexicanos, tangible y material; sin embargo no debiera estar, porque es un objeto imposible. Aunque perfectamente visible, la imagen no está pintada, no hay en ella vestigio de pigmento alguno. Aunque debiera estar podrida por el paso de los siglos, la tela de maguey permanece intacta. Aunque vaya contra toda lógica, los ojos de la Virgen están "vivos", o lo estuvieron, y en ellos quedó retratada la escena y los personajes que asistieron al milagro. Paso a paso, todos y cada uno de los detalles extraordinarios de la imagen son analizados minuciosamente en este documental. El resultado es tan rotundo como sorprendente.
La Virgen de Guadalupe: En 1531 el indio Juan Diego tuvo un extraño encuentro en el cerro del Tepeyac: entre cánticos y sonidos "celestiales", se le apareció una hermosa "señora" vestida con una túnica que brillaba como el sol. Volvió a presentársele en días sucesivos y le dijo que era la Virgen y quería que en ese lugar se levantara una iglesia en su nombre. El obispo de la ciudad de México no quiso dar crédito a tal aparición y entonces se produjo el milagro: tal como le había ordenado la "señora", Juan Diego desplegó su tilma, la modesta capa de hilo de maguey con la que de ordinario se abrigaba, y de su interior cayeron rosas que dejaron al descubierto la imagen de ella misma "pintada" sobre la tela.La tilma está ahí, venerada por todos los mexicanos, tangible y material; sin embargo no debiera estar, porque es un objeto imposible. Aunque perfectamente visible, la imagen no está pintada, no hay en ella vestigio de pigmento alguno. Aunque debiera estar podrida por el paso de los siglos, la tela de maguey permanece intacta. Aunque vaya contra toda lógica, los ojos de la Virgen están "vivos", o lo estuvieron, y en ellos quedó retratada la escena y los personajes que asistieron al milagro. Paso a paso, todos y cada uno de los detalles extraordinarios de la imagen son analizados minuciosamente en este documental. El resultado es tan rotundo como sorprendente.
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